Cuando llegan los meses fríos, tendemos a pensar que más ropa significa más abrigo.
Pero cualquiera que haya salido tiritando a la calle y acabado sudando diez minutos después sabe que no siempre es así.
La clave no está en la cantidad, sino en elegir las capas adecuadas.
El cuerpo necesita equilibrio térmico, y la ropa que elegimos puede ayudar… o complicarlo aún más. Por suerte, con unas pocas decisiones conscientes, es posible mantenerse cómodo todo el día, tanto bajo el frío de la calle como dentro de un espacio cerrado.
A continuación te explicamos cómo conseguirlo 👇
La base: transpirable, suave y reguladora
La primera capa es la que está en contacto directo con la piel, y por eso determina gran parte de tu confort.
Las camisetas sintéticas pueden retener la humedad y, cuando disminuye la actividad, esa humedad se enfría y provoca sensación de frío.
Por eso es importante elegir fibras naturales como:
-
Algodón orgánico, suave, hipoalergénico y perfecto para regular la temperatura.
-
Tencel™, una fibra botánica muy transpirable que absorbe la humedad sin retenerla.
Estas bases permiten que tu piel respire y mantienen un equilibrio térmico mucho más estable.
La capa térmica: aislamiento sin agobios
Olvídate de los jerséis excesivamente pesados que te hacen sentir atrapado.
Lo ideal es una capa intermedia que genere calor natural, pero que también deje pasar el aire.
Los jerséis de punto grueso —como los de Greener— tienen una estructura que crea pequeñas cámaras de aire entre las fibras.
Ese aire es, en realidad, lo que te mantiene abrigado.
El resultado: calor constante, pero sin esa sensación de sofoco que provocan algunos tejidos sintéticos.
La capa exterior: protección y respirabilidad
La última capa debe protegerte del viento y del frío sin convertirte en un horno andante.
Busca prendas que:
-
Bloqueen el viento
-
Sean ligeras
-
Permitan que el calor interior escape
-
Eviten que la humedad quede atrapada
Un buen cortavientos o una chaqueta ligera pero técnica puede marcar la diferencia entre pasar el día cómodo o sentirte húmedo y pegajoso.
Vestirse bien en invierno es vestirse con inteligencia
Con las capas adecuadas, no hace falta envolverse en diez prendas para sentir calor.
La combinación correcta te acompaña sin importar si estás caminando a paso rápido bajo el frío o entrando en una cafetería caliente.
Cuando eliges materiales que regulan, abrigan y respiran, el confort dura todo el día.
Y, además, reduces la necesidad de cargar con capas innecesarias.
Si quieres descubrir prendas diseñadas justo para esto —ligeras, cálidas y transpirables—, en Greener tenemos una selección pensada para acompañarte en todos tus inviernos