Cuando hablamos de sostenibilidad en la moda, solemos pensar en su impacto en el medio ambiente: la reducción del uso de agua, las emisiones de CO₂ o la cantidad de residuos que se generan. Pero hay una parte que a menudo se pasa por alto y que tiene un impacto directo, diario y personal: cómo la ropa que llevamos afecta a nuestra piel y a nuestro bienestar.
No todo lo que se ve cómodo… lo es
Los tejidos están en contacto directo con la piel durante horas. Por eso, la calidad del material y su composición no solo afectan al estilo, sino también a la salud. Estudios dermatológicos han confirmado lo que muchas personas con pieles sensibles ya intuían: no todas las fibras son iguales, y algunas son mucho más amables con el cuerpo que otras.
Fibras naturales: bienestar para ti y para el planeta
Las fibras naturales como el algodón orgánico, el lino o el Tencel no solo tienen un menor impacto ambiental, sino que también ofrecen beneficios concretos para el cuerpo:
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Son transpirables: permiten el flujo de aire, evitando que la piel se sobrecaliente.
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Absorben la humedad: mantienen la piel seca y reducen la proliferación de bacterias.
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Reducen el riesgo de alergias e irritaciones: al no estar tratadas con químicos tóxicos, no alteran la barrera natural de la piel.
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Se adaptan a la temperatura corporal: regulan mejor el calor y el frío, ofreciendo más confort en cualquier estación.
Este tipo de tejidos cuidan no solo del entorno, sino también de cómo te sientes en tu día a día.
¿Y los tejidos sintéticos?
Los tejidos sintéticos como el poliéster, el nylon o el acrílico se producen a partir de derivados del petróleo. Además de no ser biodegradables, suelen tratarse con productos químicos durante el proceso de fabricación: colorantes, blanqueantes, suavizantes industriales… Todo eso se queda en la tela y, con el tiempo, puede penetrar en tu piel.
Los efectos más comunes del uso continuado de ropa sintética incluyen:
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Irritación y picor
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Aumento de la sudoración
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Aparición de eccemas o reacciones alérgicas
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Sensación de incomodidad por falta de transpiración
Y lo peor: muchas de estas molestias pasan desapercibidas o se normalizan, cuando en realidad podrían solucionarse simplemente cambiando el tipo de ropa que usamos.
En Greener lo tenemos claro: lo que llevas puesto debe cuidar de ti
Por eso, nuestras colecciones están diseñadas con materiales cuidadosamente seleccionados por su bajo impacto ambiental y por su alto nivel de confort y compatibilidad con la piel. Usamos:
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Algodón orgánico cultivado sin pesticidas, fertilizantes ni blanqueantes químicos.
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Lino, fresco, duradero y naturalmente antibacteriano.
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Fibras recicladas de origen controlado, tratadas sin tóxicos y diseñadas para tener una segunda vida útil sin dañar tu piel.
Además, nuestras prendas están certificadas con sellos como OEKO-TEX y GOTS, que garantizan la ausencia de sustancias nocivas.
Siente la diferencia
Elegir tejidos sostenibles no es solo una decisión ética o ecológica. Es una decisión de bienestar personal. Cuando te vistes con ropa que respeta tu piel, lo notas en el momento: te sientes más cómodo, más libre, más tú.
La sostenibilidad empieza por lo que eliges ponerte cada mañana. Y si algo está en contacto contigo todo el día, merece ser elegido con cuidado.